El cliente de este reloj Breitling Navitimer, se puso en contacto conmigo por un trabajo muy mal realizado, parecía sacado de una clase de manualidades de niños de 6 años, creo que hasta lo hubieran hecho mejor, este cliente vive a unos 600 km del taller de Manel Alabart, en una escapada que hizo por motivos laborales a Barcelona, me viene a visitar y me autoriza a realizar la restauración, subo las fotos del antes y el después.
Un agradable trabajo que te deja un buen sabor de boca, ya que el cliente ha quedado satisfecho.